domingo, 14 de agosto de 2011

¿Antro o Bar?

Nunca me gustó visitar los antros. La primera ocasión que lo hice, además de tener que pasar desapercibido de dos gorilas en la entrada, vacié un vaso entero de vodka con jugo de arándano (cuyo precio era de doscientos pesos) encima de mi playera (sí, era playera) debido a que la presión social que se sentía en dicho lugar superaba la que se genera en el metrobús El Caminero a las siete de la mañana.

Olvidando el desastre económico anterior, comencé a sentirme incómodo por la reacción de la gente a mi alrededor. En primera instancia, al sonar una canción de un incapacitado visual llamado Pitbull (o al menos así lo parece) todos comenzaron a saltar y moverse de formas extrañas. El espacio interpersonal disminuyó abruptamente entre todos los presentes: él ponía su axila velluda en mi nariz, ella clavaba sus filosas uñas en mi espalda, aquel seguía escurriendo whisky y hielos en mi cabeza, aquella me mostraba sus senos desmedidos (casi tan desmedidos como la anchura de su vientre), el de al lado soltaba codazos que destrozaban mi nariz, la de arriba ponía su entrepierna entre mi pierna, uno quién-sabe-quién salía del clóset acercando su boca a mi oreja, una casi-niña apretaba mi nalga derecha,...

Cuando al fin terminó el famoso y artístico perreo, y comenzaba un par de canciones de salsa, corrí por algo de beber. Una cerveza, por favor. ¿Perdón? Sí, una cerveza. No tenemos eso. Entonces dame un tequila. Me sirvió una paloma, o mejor dicho, un hielo con un twist de licor de agave y agua mineral... sin gas. Oye, pedí un tequila. Por eso. No, solo, lo quiero solo. Y así fue como de narco norteño no me bajaron.

Regresé a donde se encontraban mis amigos y me di cuenta de que estaba solo. No, ellos seguían allí. La diferencia radicó en que Javier bailaba con Mónica; Dante y Felipe se sostenían mutuamente para no soltar la botella de Smirnoff; Carmen... ¿Carmen?; Paola dormida. El antro entero: hasta la madre.

Decidí entrar al baño. Me mojé la cara y saludé a Carmen por el espejo. Tomé un trozo de papel que apareció de la nada para secarme y contemplé la canasta con paletas, chicles, cacahuates, cigarros (de todas las marcas), Halls, condones...
- También tengo cosas más fuertes, por si gusta.- dijo el cuidador.
Quise salir, pero el hombre me estiró la mano bloqueándome el paso.
- ¿Perdón?
- Propina.
- ¿Como por qué?
- El papel.

Después de darle cinco veces una moneda de diez pesos, al regresar, pude notar que estaba solo. No, Javier no fajaba con Mónica; Dante y Felipe no vomitaban el suelo; Carmen... juro haberla visto hace poco; Paola no roncaba. De hecho, ninguno de ellos estaba más.

¿A qué hora cierran?, pregunté al barman. ¿Habrá balacera? No, idiota; no soy narco. Llamaré a seguridad. ¡Dios, dame un tequila en lo que llegan!... ¡No! Un tequila, ¡derecho!
- ¿Tienes problemas?- me preguntó una voz femenina.
- Fuera de que son las tres de la mañana, no tengo vehículo, mis amigos se largaron y que está por correrme alguno de los adefecios de la entrada, todo bien. Aquí bebiendo una Paloma diluída.
- ¿Tienes dinero?
- ¿Por qué?
- Porque quiero que me lleves a un hotel ahora mismo.

Salimos. Tomamos un taxi y fuimos a un hotel cercano. No supe nada de ella, sólo que salvo por su cara parecía una mujer muy "promedio". No tenía pechos grandes, pero no eran pequeños; no era delgada, tampoco obesa; tenía un tono de piel oscuro aclarado. En pocas palabras: promedio; lo que me hace suponer que su cara sería de la misma forma, promedio. Y es que en ningún momento se la vi, cuando la besaba cerré los ojos, cuando bajamos del taxi miraba hacia la entrada del hotel, cuando tuvimos sexo miré su espalda promedio.

Desde entonces mis experiencias en los antros han sido terriblemente azarosas y sexualmente (increíblemente) diversas. Conocí una vez una mujer que me superaba en vello corporal, cosa que no es muy difícil, pero esta señora realmente era para exhibirse en una feria pueblerina. En otra ocasión, una santurrona me pedía que la maldijera y que me vistiera de Jesucristo. En otras de mis sexo-experiencias me topé con metaleras, hijas de presidentes, hippies, analfabetas, nadadoras, activistas, budistas, cazarecompensas, viudas, primas (lejanas), hechiceras, empresarias, cuarentonas, marimachas, pintoras, princesas (sí, de título), zoólogas,... Pero después de todas ellas, ninguna que me brindara amor.

En una ocasión, decidí no "ir a bailar". Por el contrario, asistí a la inauguración del bar de un amigo en la Condesa. Sentado frente a la barra perdí la noción de en qué momento comencé a platicar con una mujer que sostenía en una mano un tarro de cerveza, y en la otra su Iphone. Ingeniero Agrónoma de la Universidad de Chapingo, me dijo. Matemático... casi matemático de la UNAM, repliqué. Entonces sabes hacer cuentas. Matemático, no contador dije.

Creí que estaba arruinado, en una de esas su papá era contador, o peor aún que ella misma se dedicara a la contaduría de su granja, pero sucedió que lejos de aventarme la cerveza en la cara comenzó a reír sin parar. Sin parar. Y no paraba. Se acabó la canción. Empezó otra. No sé qué hacer.
-¡Qué divertido eres!
-¿Eso es un cumplido?- y le dio otro ataque de risa. Terminó otra canción.- ¿Cuántas cervezas llevas?- Chín, no le hubiera dicho eso, nuevo ataque de risa. La gente comenzó a irse.
- ¡Ay... ay, ay... ay, ay, ay! Necesito respirar. Ghhh...Ghhhghhh...- y por más que lo intentó no pudo contener más los "cochinitos" de su risa.

Ya están cerrando el lugar, le dije, y que me planta un beso. Pero uno de esos besos que salen no del sexo hacia la boca, son de esos besos que nacen del dedo chiquito de algún pie, recorren la pierna, rodean el pubis (sí, quizás lo acaricia un poco), saca su equipo de alpinismo y escala la espalda, se asoma por la oreja, se asoma por la otra, se carga de energía en el cerebro, baja a la lengua, lo duda, lo piensa en la boca del estómago, y lo vomita "sin querer queriendo" porque ya se había tardado mucho. Inmediatamente le digo "te llevo a tu casa".

¿Por qué reías tanto?, le pregunté y evadió la pregunta. Nos sirvió tequila (sí, derechos) y un tema nos llevó a otro, y a otro, y a otro, y ¿por qué te reías? y más tequila, y otro, y te traigo mi álbum de fotos, y mira qué bonito, y sí aquí estoy en una comunidad maya, y aquí estoy en Praga, y aquí más tequila, y aquí visitando a papá a su funeral, y ¿por qué te reías tanto?, y pérame ahorita me sigues contando ¿dónde está tu baño?, y está al fondo a la derecha, y gracias, y me sostenía para no orinar fuera de la taza, y ¿por qué te reías?, y no aguantas nada a pesar de que eres hombre.

Pasaron los días. Yo dejé de trabajar, y ella de... lo que sea que ella hiciera; pero la plática nunca se detuvo. Conocí desde su color favorito, hasta su rincón preferido para leer; supe cuál era su mayor miedo y también cuántos celulares había perdido en el último semestre; descubrí el párrafo que más le gusta de "La Divina Comedia" y por qué nunca le pone pimienta a la comida. Incluso cuando teníamos relaciones sexuales hablábamos de nuestras fantasías, mismas que no cumplimos porque perderíamos el hilo de la plática.

Y al hablar, me enamoré de ella.

Puedo decir que le hice el amor varias veces, aunque aún no puedo decir si ella lo hizo conmigo. Los momentos más excitantes de las historias que me contaba venían acompañados de un único orgasmo de tamaños mundiales. Y con cada historia que ella me contaba mi amor por ella crecía más.

Pero un día sucedió lo que no debió nunca suceder, y una vez cuando terminamos de hacer el amor ella quedó dormida de inmediato. Dormía profundamente. Sólo Dios sabrá qué sueños pasaban por su cabeza después de días enteros de platicarnos.

El detalle fue que al despertar nunca más volvió a hablar. No conmigo. Le llevé flores, le puse sus discos favoritos, coloqué sus películas preferidas... pero nada. Cuando la invité a un concierto de Los Pericos no emitió grito alguno, ni entonó una estrofa de canción alguna. Es más, cuando la llevé a la Feria de Chapultepec y subimos a la montaña rusa no dio sus típicos alaridos de emoción.

Entonces me atreví a volver al trabajo, y cuando regresé a su departamento escuché, por detrás de la puerta que hablaba con alguien por el teléfono. No sólo hablaba, reía. De hecho daba carcajadas durante horas (literalmente). Para mí, ese fue el último día que decidí verla.

Y entonces volví a los antros, con sus tradicionales encuentros ocasionales y no convencionales. Volví a tener romances con todo tipo de mujeres. En especial, quise buscar a todas aquellas mujeres ingenieras que hablaran y que rieran mucho.

Después busqué a las ingenieras que hablaran.

Después a las ingenieras.

Al poner sobre la balanza entre las muchísimas mujeres que puedo conocer en un antro o la resaca amorosa de mi encuentro en aquel bar, pienso que es momento de comenzar a visitar los Tabledance.

lunes, 27 de junio de 2011

Líderes... ¡Hoy!



En algún momento quedé dormido sintiendo las piernas adoloridas y la voz ronca, y soñé con un huracán que movía todo lo que hasta este momento conocía. Quizás era la emoción de volver al punto de partida, quizás era la euforia de sentirse poderosos e invencibles...de sentir que soy joven.

Terminaba el Seminario "Líderes Hoy" organizado por SELIDER Ciudad de México, en su décimo aniversario cuando en mi cerebro se desataron un sin fin de corrientes eléctricas, y comenzaron a correr alocadas por cada una de mis extremidades. Creo que es lo que en las caricaturas equivale a tener un foquito encendido sobre la cabeza.

En las clases de matemáticas de la carrera nos enseñan a desmenuzar un problema: tomarlo por los cuernos, tranquilizarlo, deshacerlo y llegar hasta el origen de todo para resolverlo, ¿no podría ser lo mismo con un problema en general?

Y sí, soy creyente de que el análisis matemático es una herramienta muy parecida a la que se puede emplear en cuestiones de organizaciones, logística, o cualquier otra área. De esa forma comenzó, no sólo por parte mía, sino de todo un equipo conciente de la necesidad de un cambio de fondo. Destruir estructuras y cimientos malos; construir torres firmes y fuertes.

Desde entonces cambió nuestra visión de todo; y desde entonces puedo decir que por primera vez vi nacer un proyecto fuerte de lo que es realmente SELIDER Ciudad de México. Cargados de visión clara desarrollamos muchísimos proyectos interesantes.

De los que más nos dejaron marca fue el evento "Dona una Flor" (Flower Power) en donde fuimos a entregar flores por el centro de Coyoacán sin otro fin que dejarle a la gente "el poder de cambiar las cosas".

Como metáfora, y con alusión a los movimientos de los años setenta, la flor que recibes es el poder de que tomes una decisión. Así como alguien tomó la decisión de regalarte una flor y generarte un buen momento, tú puedes tomar la decisión de cambiar un segundo y cambiar el entorno con una acción. ¡El efecto mariposa en acción!

Posteriormente, o mejor dicho al mismo tiempo, llevamos a cabo el proyecto de Teatro Social. Su objetivo era concientizar a la juventud de la ciudad sobre el problema de la violencia en el noviazgo para prevenirlo, ya sea como quien la ejerce o como quien la recibe. ¡Y qué mejor que vista en una obra de teatro!

En efecto, con un amigo muy querido, Arturo Vázquez, escribí el guión de lo que sería el montaje posterior. ¿Qué pienso de la obra? Le tengo un cariño muy especial por varios motivos. El primero de ellos es que fue algo totalmente personal y que, en parte, quería compartir al mundo; casi podría decir que la obra es un reflejo de mi propia realidad, que coincidió en muchas cosas con Arturo.

El segundo de ellos es que era un proyecto que nació de la idea de seguir motivando a los jóvenes a superarse, que más aún, salió de varias mentes desde las oficinas de YAAXIL, tu Ser, donde Verónica Olicón (sí, mi prima) es presidenta fundadora. En coordinación también con Martha Olicón (sí, otra prima), la directora de la compañía de teatro "La Bruja, Comunicación Escénica" y con apoyo del Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE)... sólo faltaban los actores.

Y de esa forma surgió la idea de que fueran los integrantes de SELIDER Ciudad de México quienes desarrollaran las escenas de la obra. Durante más de 6 meses nos preparamos primeramente en temas de violencia y equidad de género, para posteriormente comenzar a tomar clases de actuación. Una vez hecho esto dimos inicio a los ensayos... hasta que llegamos al escenario...


Clases de actuación. Un ejercicio con todo y vestuario


Una función en una escuela.



En el final de temporada.


Otro de los eventos que más me marcaron este año fue el apoyo que juntamos para ayudar a Omar, un chico con parálisis cerebral que necesitaba una cirugía especializada. Dentro de las cosas que realizamos fue una kermesse para celebrar su cumpleaños. A ciencia cierta no sé decir quién se divirtió más, si los que asistieron o los que organizamos...

Les contaré una anécdota de ese día: yo decidí ser el encargado del puesto de "la lotería" (la clásica con sus dibujitos de feria). El punto es que comenzaron a llegar muchas señoras de edad avanzada y, por lo que parecía al inicio, se llevaban muy bien. Pero mejor se los pongo en una mini obra de teatro:

Memo: Sale y va corriendo, el que te va a llevar... ¡El diablo!
Abuelita 1: ¡Lotería!
Memo: Muy bien, felicidades. Se lleva 5 puntos canjeables en la casa de premios (sonrisota por el emocionante juego)
Abuelita 2 (sarcástica): qué bueno que ganaste.
Abuelita 1: Sí, pero ya mejor me retiro.
Abuelita 3: (con los dientes apretados del coraje) ¡Ay no, cómo crees! Échate otra
Abuelita 2: (con complicidad) Sí, no nos puedes dejar jugando solas
Seguramente pensaban "esta no se va hasta que le ganemos"

Hubo de todo ese día para atracarse: antojitos y guisados mexicanos, hot dogs, café y pastel. Por otro lado había juegos de feria como "Pintacaritas", "Juego de pescar", "Lotería" y, bueno hasta videojuegos. Es más, para los enamorados ¡hubo registro civil!

Pero de las cosas más padres fue la cara de Omar festejando su cumpleaños. Una alegría que ni un peso de recaudación podría comprar...

A nada de apagar las velas de su pastel: Omar.

En el inter llegó un evento totalmente importante: El Congreso de Organizadores. En esta reunión se juntan chavos y chavas de todos los SELIDER locales para dar a conocer los proyectos, los avances y los resultados que se han tenido durante el año.

En este año 2011, tuvimos la fortuna de conocer a gente de los SELIDER Mexicali, Estado de México, Capital, Saltillo, Monterrey, Colima y Querétaro; estos últimos fueron los organizadores.

Creo que fue el evento más motivante de todos. La verdad es que es mágico cómo en tan sólo 4 días logramos convenir en ideas, converger en emociones... ¡crear amistades! Los chicos de Querétaro fueron unos increíbles anfitriones, y he de reconocer que si no hubiera sido por su imparable emoción, tal vez no se hubiera logrado lo anterior.

En esos días hubo una lección: no importa el lugar de donde vengas, SELIDER es una familia. Punto.

La foto con Javier Prieto, presidente fundador de SELIDER.

Posteriormente, comenzó el trabajo. Quizás la parte "fea" del asunto. Y no porque el visitar escuelas, llamar a patrocinadores, atender conferencistas o visitar frecuentemente el TEC lo sea. Pero pensémoslo de la siguiente manera: imaginemos que estamos construyendo una máquina enorme, digamos al estilo de una fábrica. Seguro los ingenieros que lo hagan tardan días en tan sólo idear su funcionamiento.

Así ocurrió, creo yo, en el Equipo Organizador de SELIDER Ciudad de México. Juro que desde junio de 2010 concebimos todos juntos una verdadera familia en donde pudieramos crecer juntos... ¡y lo logramos!

La preparación para desarrollar el seminario comenzó con capacitaciones e integraciones. Nota importante: para que la máquina funcione, las piezas deben estar bien embonadas. Desde cómo reclutar, hasta cómo trabajar en equipo, capacitación de primeros auxilios y también la calidad en el servicio fueron tan sólo un poco de lo que en todo el año se realizó en términos de capacitaciones. Tan sólo un poco de la construcción de la maquinaria, ¡de nuestra familia!

Y bueno... de la noche a la mañana pasó el tiempo. Y el gran día llegó...

Miércoles 1° de junio a las 11 de la mañana llegué al salón de congresos. Vacío salvo por Lety, pero de allí en fuera se vislumbraba un auditorio repleto de sillas, las cuales en teoría serían ocupadas esa tarde.

Y sí, pasó el tiempo y el nervio y el estrés iban en aumento. Unos empacaban utilería, otros hacían inventario, otros escribíamos discurso... y a las 4.30 otros entraron a registrarse.

Y sin darme casi cuenta estaba en la tarima sentado en la mesa de honor, viendo de frente a los futuros líderes del país. En ese momento desperté y me di cuenta de que todo había ya iniciado, los dados ya habían sido lanzados, la maquinaria ya estaba en marcha.

Al inicio temí la reacción de padres de familia un tanto histéricos como en otras ocasiones, pero todo lo contrario sucedió. Quizás la misma vibra del equipo contagió a los padres asistentes y lejos de oponerse al cambio felicitaron el trabajo de todos los miembros del equipo. Por otra parte, los equipos comenzaron a integrarse, y qué mejor que planeando la porra.

Así terminó el primer día de inauguración y llegó el segundo con unos detalles desafortunados. Los problemas con la cámara de diputados no fueron obstáculo de cualquier forma, ahí sí he de reconocer a los coordinadores del seminario que se lucieron con las dinámicas propuestas en el momento.

Las actividades prosiguieron, contando con las conferencias de Norma Ledezma y de Gerardo Hernández (o conocido en el tweetworld como @inviernofunk) y la clásica y esperada dinámica de la ciudad. En esta última el objetivo es que los equipos utilicen técnicas de negociación, estrategia y planeación para diseñar una delegación de una ciudad. Esto involucra hacer acuerdos con las delegaciones adyacentes, pedir permiso a los encargados correspondientes y buscar conseguir recursos con los premios otorgados en los miniconcursos que se realizaban periódicamente.
Haciendo la evaluación de la ciudad, únicamente hecha con materiales de reuso.


 El viernes el ambiente iba en ascenso desde el primer momento. Contamos con la presencia de Lourdes Fernández, directora de Gymboree México. Además, por primera vez en la historia de SELIDER tuvimos un enlace con nuestros hermanos de SELIDER Querétaro.

Posteriormente tuvimos la conferencia de la fundadora de SELIDER Ciudad de México, Sandra Jiménez, quien por enésima ocasión logró conmover a más de medio seminario con sus palabras y sus ejemplos de éxito. En particular, cada vez que veo a Sandra en una charla no puedo evitar la conmoción (y vaya que ya han sido varias ocasiones que he escuchado su plática), pues si de alguien tengo presente la imagen de un líder es de su rostro.

Sandra Jiménez y el Equipo Organizador.

Para terminar las conferencias, Alejandro Garciadiego habló sobre corrupción en el país. Tuvimos más dinámicas y llegó el momento de la actividad fuerte del día: La Noche del Capitán. Otra de las cosas innovadoras en este seminario fue la presentación de un grupo de improvisación, que nos hizo a todos pensar que en verdad estamos locos (¿o no lo estamos?)

¿Obsesiones? ¿Bipolaridad? De locos, todos tenemos un poco...

La Noche del Capitán consiste de varias actividades al aire libre que se realizan en las canchas de fútbol americano del TEC. Comenzamos con un juego donde por equipos debían pasar un aro sin soltarse de las manos, lo cual requería destreza y estrategia para lograr el objetivo. La segunda actividad fue, por segunda ocasión en SELIDER Ciudad de México, "Los relevos locos", que como su nombre lo indica son unos relevos en donde al azar se determina la forma en que debes correr (por ejemplo, de patito, saltando, dando marometas, etc.). Posteriormente siguió "SELIDER pide", en donde se anuncia un objeto que deberá ser llevado a la persona que se pida (ejemplo: llevar un reloj rojo a Carla). Finalmente concluimos con "El cinto más largo", donde con lo que se tenga a la mano se debe crear la cuerda más larga, sin que haya ni un milímetro de separación.

Unos de marometa, otros de patito... todo puede pasar en "Los Relevos locos"


Un equipo me lleva a la fuerza cuando SELIDER pide los chinos más rizados...

Y poco a poco se acercaba el final...

Llegó el día sábado con el tradicional "rally", donde la cultura general, la destreza, la valentía, las habilidades racionales. Desde resolver la regla de una sucesión matemática, como atreverse a comer una salsa extra picosa, o dominar balones de futbol o también resolver algunas preguntas de historia, ciencia y de SELIDER, fueron algunos retos de esta dinámica... con castigos bastante pesados.

Después de una salsa picante...

Mi escondite fue la gorra de mi sudadera.
Para dar apoyo para resolver la sucesión numérica pinté varias lindas pestañas.

Continuamos con la conferencia de la revista Algarabía, líderes en temas de cultura y medios de comunicación; y posteriormente siguió el panel de ONG's, donde fueron invitados Fundación México Nueva Generación y Labor Conjunta en donde se trataron temas de compromiso social y liderazgo. En esta ocasión implementamos la dinámica de hacerlo una especie de foro-debate en donde tanto presidenta como vicepresidente hacían preguntas a nuestros invitados, para posteriormente pasar a las preguntas de los participantes, quienes hicieron bastante interesante esta parte del programa.
Del lado izquierdo, Labor Conjunta A.C., del lado derecho Nueva Generación

Tuvimos la presentación de las porras. Cada equipo, que por cierto tenían nombres de garnachas mexicanas, presentó su grito de guerra que fueron implementando en estos días... y sí, creo que no hubo nadie que se quedara sin la canción "Cheers, tamales, cheer cheer tamales" en su cabeza al menos una semana después del seminario.
Los jueces serios, reprobando porras.

(Cada vez menos...)

Y sí... había llegado ya el tiempo. Las actividades terminaron...

Recuerdo que en ese momento no quería subir a comenzar la clausura. Me rehusaba. Pensar que 4 días habían transcurrido tan rápido, tan increíblemente rápido. Toda la logística estaba sentada, ya no había pendientes; sólo faltaba que alguien dijera que todo había terminado.

Creo que desde el momento en que Jaime "El Chille", nuestro visitante de Colima, se retiraba para tomar el camión comencé a querer detener el tiempo. Y sucedió que, como dije en la inauguración "no se vale no llorar al final". ¿Y cómo no hacerlo? Si detrás de todo hubo personas increíbles que hicieron de este sueño posible.

Fabián: con su increíble humor y su seriedad acertiva, que hizo posible que todas las finanzas no salieran de control. Quien en muchas ocasiones logró centrar el trabajo hacia el éxito.
David: el más sensible de todos, y por el que en parte se logró siempre tener a los participantes por delante de todo. El mejor director de Reclutamiento nunca antes visto.
Peperro: el genio de la imagen y de la frescura. El de ideas acertadas y siempre con la visión de que SELIDER Ciudad de México sea todo un grito.
Lety: la gran redactora y promotora de nuestras actividades. La más pequeña y de las más entusiastas.
Miriam: la dirección del equipo. Con visión hacia una buena imagen y con el dedo puesto sobre el sueño que deseamos construir: un SELIDER CM más íntegro.

Y sí, yo no podía parar de llorar de la alegría... El seminario había terminado y todos bailaban con la música que Germinal tocaba desde su equipo. ¡Y en mí no podía caber más alegría! Supongo que por eso deben ser finitas las cosas: los momentos, los viajes, los libros, la música, la vida.

Y así, todo mundo terminó lléndose a sus casas, creo que con el sueño de querer cambiar un poco el mundo en que vivimos. "Si cambio yo, cambia todo" dicen por ahí, y sí lo creo. Lo veo a diario. Yo cambié.

El domingo ya en la madrugada caché el sueño. En algún momento quedé dormido sintiendo las piernas adoloridas y la voz ronca, y soñé con un huracán que movía todo lo que hasta este momento conocía. Quizás era la emoción de volver al punto de partida, quizás era la euforia de sentirse poderosos e invencibles...de sentir que soy joven.... ¡y lo soy! Esa es tantita la sensación que en cada seminario me quedo, esa es la magia del evento, es la manifestación del Efecto SELIDER.

De lo que sí estoy seguro es que esto aún no ha acabado, y citando a Ross: Aún hay muchos seminarios más...

SELIDER, ¡Soy tuyo!


lunes, 4 de abril de 2011

Surrealismos encontrados: una generación espontánea

Un líder en la encrucijada,
colocado en la orilla del risco.

Una multitud gritando "Tiren el muro".

El aliento de una noche salvaje de sexo,
y su respectivo aroma etílico de sus besos.

Un escenario mal iluminado,
y el mimo, en procenio, mendigando.

El cuervo acechando con romper nuestra amistad.

La investigación estancada,
y un autoestima necesitada de charlas.

Un sistema, que matemáticamente es equivalente a todo.

La náusea, el señor Verdoux y el tiempo perdido

Geometrías, realidades, las teorías.

Mi vida, mi muerte

Tu amor, mi amor, nuestro amor...

Todo surge de la nada...
nada surge del todo...

Y bajo esa premisa...
Morimos cada día,
y todo se regenera.

lunes, 14 de marzo de 2011

Bolitas y Palitos I (Cuando cuentes cuentos...)

Bolitas y Palitos I
 (Cuando cuentes cuentos…)
Hace un ratito publiqué para el blog "Politécnicos en línea" una entrada acerca del Coloquio Víctor Neumann-Lara de Teoría de las Gráficas, Combinatoria y sus Aplicaciones. Les dejo el link para que lo revisen y lean un articulito con enfoque de divulgación de las matemáticas. Ahí contesto preguntas como:
1.- ¿Cuál es ese Coloquio?
2.- ¿Qué son las matemáticas discretas?
3.- ¿Qué es la combinatoria?
4.- ¿Qué es la teoría de gráficas?
5.- ¿Qué problemas de la vida real se pueden modelar con lo anterior?
6.- ¿Es aburrido un matemático?
Gracias a Rolando Mera por la publicación de mi escrito en dicho blog. Ahí les va el link:
http://politecnicosenlinea.blogspot.com/2011/03/coloquio-victor-neumann-lara-de-teoria.html
Díganme qué opinan, y principalmente, si lo que leen es entendible.

jueves, 27 de enero de 2011

De la objetividad y la ciencia

   Durante mucho tiempo me he preguntado acerca de la esencia del quehacer científico. Recuerdo cuando de pequeño jugaba a ser ecologista o a explorar cavernas y encontrar toda clase de fauna bajo las piedras; en principio mi vida parecía apuntar hacia un trabajo científico: "buscando la verdad"

   Pero la verdad es que en mi madurez temprana no he podido definir lo que es verdadero (si es que el enunciado anterior tiene sentido), y a pesar de los comentarios que en la escuela he podido recibir respecto a la incertidumbre que como "parte del gremio" nos aqueja no he dejado de ejercer las actividades que me llenan completamente.

   Lo siguiente se debe a varios motivos, que iré tratando paso a paso. El primero de ellos es que después de varias noches de insomnio me han hecho pensar que las matemáticas NO SON UNA CIENCIA. Quizás parezca muy atrevida mi afirmación y también probable es que sea falsa (¿verdadera?), pero tengo un argumento para ello.

   Primero comenzaremos por tratar (e insisto, sólo trato) de decir qué es la ciencia. Para ello es necesario contraponerlo con otra actividad humana que involucra el pensamiento: la filosofía. E intentar definir dichos conceptos me ha llevado unas buenas cervezas y dolores de cabeza en búsqueda de contraejemplos y generalizaciones. Comencemos por decir que la filosofía es el pensar acerca de las ideas.

   Disculparán que sea un poco vaga la definición pero veamos ejemplos de ellos para hacerlo más amable. Por ejemplo, cuando hablamos de ética nos referimos a lo que el hombre juzga como correcto o malo. Sin embargo, a pesar de que hablamos de calificativos de acciones, en realidad lo que se estudia es el hecho del juicio, es decir, la IDEA de lo bueno y malo. Otro ejemplo podría ser la lógica, encargada de revisar las reglas de verdad de las afirmaciones que se puedan dar. Más claro es este ejemplo en cuestión de que la lógica no analiza los objetos tangibles.

   Entonces, en contraparte, la ciencia hará estudio de lo que entenderemos por REALIDAD (cuya definción bastaría para otra entrada de este blog). Y quizás Poincaré me regañaría por escribir esto y le daré la razón, pues en principio es la contraposición de lo que yo creo que hace la filosofía, sin embargo daremos restricciones posteriores.

   Pero ambas utilizan el mismo concepto: la VERDAD. Ahora bien, ¿tiene sentido hablar de ella? ¿Existe la verdad? Y puedo afirmar que sí.

Teorema: la verdad existe
Demostración
   Supongamos que no existe verdad alguna. Entonces el enunciado anterior sería una verdad, lo cual conduce a una contradicción. Por lo tanto (por argumento de reducción al absurdo) existe al menos una verdad.
Q.E.D.

Sin duda el teorema anterior tiene un error por lo cual es inválido... (no diré cual, eso hará que el lector se entretenga con ello). Pero aceptar que existe una verdad se sigue inmediatamente de lo siguiente: si no aceptamos la existencia de una verdad, el ser humano debería estar recostado en el campo como un vegetal. No es posible tratar de explicar sus emociones, ni lo que percibe al caer la lluvia, no podría clasificar los utencilios de cocina... nada de esto, puesto que al no existir la verdad simplemente nada es real. Y como al menos yo no quiero estar tirado en cama, aceptaré la existencia de la verdad.

   Podríamos pensar que la verdad que vemos en el día a día es una ilusión, es un espejismo de algo más. Recuerde la película de the Matrix, la gente vive en una realidad ficticia creada por una computadora. Si la circunstancia de mi persona (o de la tuya que, al parecer estás leyendo esto) es la anterior o un equivalente no hay nada de qué preocuparse. Supongamos que lo que vemos es ficticio, pero no nos es posible deducir lo anterior, entonces, en tanto que de un día para otro la realidad no cambie entonces podemos seguir jugando a que aceptamos una realidad como única.

   Entonces, ¿por qué las matemáticas no son una ciencia? De serlo podríamos ver los números naturales correr en un maratón, quizás hasta los espectadores serían los números restantes de la recta numérica ¿Sería posible que la imaginación de los anteriores quepa el número 'i'? Como conclusión, los números son meras abstracciones, son ideas y nada más.

   En efecto, muchas cosas en matemáticas tienen su equivalente en la vida real. Podemos contar las cosas y medir con los números reales, e incluso podemos interpretar el espacio con la geometría (¿podemos?). Sin embargo, debemos tener cuidado en distinguir cuando hablamos de Física y de Matemáticas. Las matemáticas en sí mismas no dan información sobre lo que existe, sólo dan indicios y ya es labor de las teorías físicas de interpretar los resultados.

H. Poincaré
   Ahora bien, el hecho de que no sean ciencia no les quita su carácter de objetivo, y de eso me ocuparé en varios párrafos. Sin duda coincido completamente con la visión de Henri Poincaré (pronunciado como Genrri Puancaré) en este tema. Este célebre matemático, conocido por ser el último de los matemáticos universalistas  propone que todo lo objetivo es aquello que puede ser transmisible.

   Cuando observamos una obra de arte cada quien tendrá una apreciación distinta de ella, lo mismo pasa cuando vemos las manchas de un leopardo y decimos que son negras sobre una piel de tono dorado. ¿Cómo saber que mi negro no es el morado de otra persona?

   En realidad hasta este momento no hemos realizado una observación objetiva, no hasta el momento. Sin embargo, cuando reconocemos que el negro es el mismo tono que el de la penumbra, entonces estamos realizando una "relación", en donde no importa de qué color vea cada quien la penumbra y las manchas del leopardo, de cualquier forma se verán iguales ambos, y en consecuencia podrá ser transmisible.

   En este sentido la ciencia, si busca ser objetiva, en efecto lo es en tanto que se limite a este tipo de relaciones. Por ejemplo, al estudiar a una especie de ser vivo en particular objetivo sería afirmar que después de un rito X de apareamiento en cierto tiempo T nacerán crías. Si dicho rito es violento, forman figuras estéticas, son adornos meramente antropocéntricos que nada de objetivo tiene.

   Y la pregunta final: A partir de la ciencia ¿es posible concluir una verdad? Y la respuesta en general es NO. No podemos decir que el modelo atómico actual es cierto, sin embargo es más verdadero que otros al responder más preguntas que los otros anteriores. Y es que en la ciencia no tenemos certeza de poder controlar todas las variables, sumado además de que en las mediciones es inevitable cometer errores.

   Y la introducción de métodos matemáticos tampoco garantiza la verdad en la materia. El primer motivo es que las matemáticas no introducen hipótesis nuevas. El segundo es que las herramientas analíticas se vuelven intratables o lo suficientemente difíciles a medida que se contemplan más elementos en el estudio. De la misma forma que las simulaciones numéricas se aproximan al fenómeno estudiado, la ciencia sólo puede aproximarse a lo que tenemos de idea como verdad. Tampoco es para tirar la toalla y llorar por el hecho de ser inalcanzable, no estamos hablando de una mujer a quien se conquista. Si la verdad científica no es alcanzable, ¿no es verdad que es mejor aproximarse a ni siquiera investigarla?

   Otro punto que, tal vez, sea a favor de mi punto respecto a las matemáticas es que éstas SIEMPRE pueden alcanzar que sus afirmaciones se clasifiquen como ciertas o falsas. Quizás me equivoco en lo anterior debido al teorema de Gödel, pero también es posible distinguir aquellas afirmaciones de las cuales no se puede deducir su veracidad, es decir, todo se puede clasificar.

   Ahora, para concluir, al final no importa lo que discutamos sobre la verdad. La ciencia seguirá su progreso sin importarle la definición de lo que hace, hasta el día de hoy muchos declos puentes construídos siguen en pie, a pesar de las limitaciones humanas de pensar en la verdad. El científico como tal no tendría que preocuparse de más, pueden vivir tranquilos de la misma forma que el ignorante vive sin saber sobre la teoría de la evolución.

miércoles, 26 de enero de 2011

Nunca nadie volvió para contarlo.

No pasaba aún de la medianoche cuando, armados con un par de linternas, ella y yo entramos a la vieja fábrica de telas. Recuerdo que alguien me había advertido alguna vez que no traspasara sus pesados portones de hierro, que nunca nadie había vuelto para contar de sus interiores.

   -Esas son boberías- me dijo cuando di el primer paso dentro del oscuro lugar.- ¿O qué? ¿Tienes miedo?

"Por supuesto que no", le dije, aunque estaba temblando de nervios. Y es que nunca he creído en historias de fantasmas o de entes cuya naturaleza no ha sido explicada por la ciencia, sin embargo ¿no es cierto que siempre existe un intervalo de incertidumbre? Pero qué más podía hacer, dentro estaba y la enorme puerta de la fábrica se azotó bruscamente por acción del aire.

   -¿Cuántas veces has venido por aquí?- le pregunté.
   -Más a menudo de lo que te imaginas.
   -¿En serio? No pareces una chica muy aventurera que digamos.

Y en efecto, era de estatura corta y portaba gafas enormes. Llevaba una blusa azul que, en los setentas, hubiera sido muy atrevida, además de una falda más apegado al estilo hippie. Su cabello lacio y largo iba alborotado y no definía precisamente el lugar hacia el cual quería acomodarse.

   -Podrías sorprenderte de ello- me dijo, al tomarme de la mano.


***

   - ¿Estás perdido?
   - ¿Eh?, ahm sí. Venía con unos amigos pero a todos los perdí en el camino, estábamos buscando la vieja fábrica de telas. ¿La conoces?
   - La conozco muy bien.
   - Seguro mis amigos me esperan allá, ¿podrías decirme cómo llego?
   - Es complicada la ruta, nunca darías con ella.
   - Puedo darte una lana, mira, ellos me esperan y llevo ya un buen rato perdido.
   - Tu dinero no me sirve, pero si quieres puedo acompañarte, sólo préstame una linterna.
   - ¿Estás segura? Digo, ya es noche y seguro alguien te debe estar esperando.
   - Algo así, pero digamos que me queda de paso.
   - ¿En serio? Muchas gracias. No sé cómo podría pagártelo.
   - Yo sí, pero eso lo podemos ver luego. Por ahora no pierdas la ruta, y sígueme.

***
Cada vez que la linterna iluminaba un muro o el suelo se podían ver telas de colores casi inimaginables. Por un momento pensé que en su tiempo debió haber sido la productora de las telas más caras del país. Lo más curioso es que de tantas que había, cuando uno pasaba la luz por el mismo punto ya no volvía a ver nada parecido, las telas turquesas desaparecían para abrir paso a las metálicas.

Algo cercano a mi pierna pasó a gran velocidad, no podría decir si corriendo o qué, pero me asusté y dejé caer la lámpara al suelo. Quedé ciego unos momentos y la angustia comenzó a atacar mi sistema nervioso, cuando al fin encontré la lámpara le di un par de golpes para que reaccionara. No tuve éxito.

Más terrorífico que quedar a oscuras fue el hecho de notar que había caminado solo durante quién sabe cuánto tiempo. Grité para ver si la chava con la que venía o alguno de mis compañeros corría a mi rescate. Por vez primera entendí lo que significaba un grito ahogado y la parálisis de miedo, tropecé con una tela y permanecí en el suelo por mucho tiempo. Sentí en mis mejillas una ligera corriente de aire, sutil, limpia, blanca.

Decidí arrastrarme por el suelo para evitar hacer ruido alguno, en eso sentí un par de piernas en la oscuridad. Juro que grité en el momento en que un par de brazos me tomaron y me levantaron, una luz intensa brilló en mi cara dejándome aturdido.

   - ¡Güey! ¿Qué pedo? ¿Dónde te habías metido?
   - ¿Jorge?- pregunté.
   - No, pendejo. El Chapulín Colorado... pues sí, escuchamos tus gritotes de vieja y vine a buscarte.
   - ¿Dónde están todos?
   - No vas a creer esto hermano, es el paraíso.
   - No mames cabrón, no me chingues.
   - No güey, ven y velo por tu cuenta.

Me aferré al brazo de Jorge para no volver a perder la pista. Cuando volví en mí estábamos en una especie de bodega enorme, la luz de la noche entraba no sé por donde pero estaba completamente iluminada. Sobre los montones de telas había una colección impresionante de cuerpos revolcándose por pares, una orgía entre mantas rojas brillantes de seda. Todos mis amigos estaban besando mujeres hermosas, que en mi vida creí que podría encontrar.

Jorge se despojó de su ropa en un segundo y corrió hacia una de ellas, alta, pelirroja y con unos senos bien definidos. Mientras contemplaba la erótica escena, me tomaron de la mano y una boca se acercó a mi oreja, "ya sé cómo puedes devolverme el favor" decía, y al voltearme vi que la chica que fue mi guía se desnudó al momento, dejándome ver su anatomía completa.

Caminó hacia mí y comenzó a quitarme la camisa y el pantalón con destreza, casi ni pude saber el momento en el que mi piel entró en contacto con el frío del lugar. La besé y ella nos envolvió en una sábana negra que brillaba con la Luna, acaricié sus redondos pechos con lujuria y la penetré casi al momento. Ella se aferró de mi cuello y comenzó a agitarme el cabello, al ritmo del placer. Tenía sus manos en mis nalgas y las apretaba cuando un orgasmo le ordenaba que lo hiciera, una y otra vez. Y juro que la amé, como nunca pude amar a nadie en mi vida. Entre sus gemidos alcancé a escuchar un susurro de sus labios.
   - Quédate conmigo.
   - Así será.
   - Por siempre.

***
   - Oye, ¿falta mucho?
   - No tanto.
   - Es que ya es noche y seguro tengo que llegar a casa, ¿tú vives sola? Digo porque parece que te manejas muy bien por tu cuenta. No digo que a lo mejor no tengas a nadie, no, seguramente tu novio te conciente mucho y quizás hasta debe estar preocupado por ti. ¿Novia yo? No, no te creas, creo que no soy del estilo que puede estar mucho tiempo con alguien en ese sentido, si me entiendes. Tuve alguna vez una relación muy alocada, ya sabes, la pasión y esas cosas pero no funcionó. Y es que cuando las cosas no son, pues no son, eso es lo que siempre digo yo, por ejemplo, cuando veníamos para acá Jaime se quedó porque se puso hasta la madre con una chela que nos tomamos. Dice que empezó a ver cosas y ya sabes, lo que la borrachera te hace ver. Yo nunca he creído en los muertos, ¿qué opinas? ¿Crees en los muertos?
   - ¿Siempre hablas tanto o estás nervioso?
   - ¿Nervioso? No, para nada, todo chido. Pero pues uno nunca sabe qué se puede encontrar en estas cosas. Yo más bien creo que miedo hay que tenerle a los vivos, digo, a última instancia los muertos qué. Es más tan no son de miedo que hasta hay una leyenda que dice que una vez que uno muere, cuando llega la Flaca, uno le tiene que poner con ella para pasarse del otro lado, ya sabes, allá donde ves a los esqueletos y a los que tienen el cuerpo translúcido. Así que imagínate, si para pasar entregar los tennis uno tiene que tener sexo con la huesuda, pues qué a toda madre ¿no? De hecho yo sí he tenido sueños eróticos así, me pregunto ¿Cómo será la Muerte? Digo, a lo mejor y sí está bien delgada, pero igual y es una rubia medio agringada con unos pechos enormes, ¿o tú qué piensas?
   - Yo no creo en la Muerte, pero si en los muertos.

(Ella, con sus delgadas manos, abre los enormes portones de la fábrica de telas. Ambos entran)